BMW i8
La valiente apuesta del BMW por la propulsión eléctrica e híbrida se consumó primero en el i3, pero su mayor expresión es el deportivo i8. Tiene aspecto de supercoche y lo es, con 362 CV y capacidad para acelerar de 0 a 100 km/h en solo 4,4 segundos. Se puede decir que, desde que lanzaron el M1 de 1978, BMW no había tenido en la gama un modelo con un aspecto tan impactante. Aquel deportivo llevaba un motor central de 3.5 litros y seis cilindros en línea de 277 CV, y alcanzaba 260 km/h. Del mismo modo que el M1 fue el primer coche verdaderamente exclusivo construido por BMW Motorsport GmbH, el i8 es el primer deportivo de la marca BMW i.
Su arquitectura LifeDrive es similar a la del i3, y diferente a la del resto de los automóviles. La jaula del habitáculo es de polímero reforzado de fibra de carbono, y el módulo Drive de aluminio ocupa la parte baja del coche e integra el conjunto propulsor, la batería, el chasis y elementos estructurales. El i8 es un híbrido enchufable que tiene su razón de ser en la sostenibilidad y el bajo consumo, pero sin renunciar a las altas prestaciones y a la utilidad diaria. Ofrece dos pequeñas plazas traseras en un carrocería de 4,68 metros de largo. Lleva un avanzado motor tricicíndrico turbo de 1.5 litros que rinde nada menos que 231 CV y 320 Nm de par, y que transmite la potencia al eje trasero mediante un cambio automático de seis marchas. El otro motor es el eléctrico de 131 CV y 250 Nm de par, que impulsa el eje delantero. La potencia total conjunta es de 362 CV y 570 Nm de par. Lo más llamativo es que tiene un consumo homologado según las normas de la UE de solo 2,5 litros a los 100 km.
Esta joya mecánica enamorará a los amantes de la última tecnología, que a la hora de disfrutarlo podrán elegir entre cinco modos de conducción. En el modo puramente eléctrico, la autonomía es de 35 km y la velocidad máxima de 120 km/h. También se puede elegir el modo Confort, el Sport y el Eco Pro, seleccionable tanto en funcionamiento puramente eléctrico como en funcionamiento híbrido. Si el M1 fue un deportivo clásico al estilo italiano –estructura tubular y diseño de Giugiaro–, el i8 es un adelanto de cómo serán los deportivos del futuro.